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Accionista vs. parte interesada: ¿cuál es la diferencia?

Foto de la colaboradora - Caeleigh MacNeilCaeleigh MacNeil
12 de enero de 2024
7 min de lectura
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Plantillas

Resumen

Los términos accionista y parte interesada a veces se usan de forma indistinta, pero la realidad es que son bastante diferentes. El accionista es aquel que posee acciones de tu empresa, mientras que la parte interesada es alguien que se ve afectado por (o tiene una “participación” en) un proyecto en el que estás trabajando. Conoce las diferencias clave entre los accionistas y las partes interesadas, además de la razón por la cual es importante tener en cuenta las necesidades de todas las partes interesadas a la hora de tomar decisiones.

Warren Buffett compró su primera acción en la primavera de 1942, cuando tenía solo 11 años. Mientras otros niños jugaban béisbol e intercambiaban historietas, Buffett compró seis acciones de CITGO a $38 cada una y se convirtió en accionista de una compañía por primera vez.

El futuro magnate de las inversiones era un pez pequeño en ese entonces. Puede que haya tenido acciones de CITGO, pero a los 11 años probablemente no era una parte interesada clave de ningún equipo de proyecto importante. De hecho, la compañía probablemente ni siquiera sabía de su existencia.

Entonces, ¿cómo es que Buffett era un accionista pero no una parte interesada? Estos dos términos suenan similares, pero en realidad representan dos roles muy diferentes.

¿Qué es un accionista?

El accionista es alguien que posee acciones de una empresa. Las acciones representan una pequeña parte de la propiedad en una organización, por lo que si abres una agencia de bolsa y compras acciones de una empresa, esencialmente serás dueño de una parte de ella. Y cuando posees acciones, te conviertes en un accionista de buena fe o bona fide.

Como accionista, quieres obtener el mayor rendimiento financiero posible de tu inversión. Eso significa que probablemente estés interesado en cómo se desempeña la empresa a nivel general, porque los precios de las acciones suben cuando a la empresa le va bien. Y cuando los precios de las acciones suben, tienes la oportunidad de vender tus acciones y obtener ganancias. 

Dependiendo del tipo de acciones que poseas, como accionista podrás recibir dividendos, votar con respecto a las políticas de la empresa, como fusiones y adquisiciones, y elegir a los miembros de la junta directiva de la empresa. Cualquiera que posea acciones ordinarias de una empresa puede votar, pero la cantidad de acciones que posee determina cuánto poder tiene su voto. Esto significa que los grandes inversores tienen la mayor influencia sobre el plan estratégico general de una empresa.

Tipos de accionistas

Dependiendo del tipo de acciones que poseas, serás un accionista ordinario o un accionista preferente. Puedes comprar ambos tipos de acciones a través de una agencia de bolsa normal, pero ellas otorgan diferentes beneficios.

  • Los accionistas ordinarios poseen acciones ordinarias. Las acciones ordinarias suelen generar tasas de rendimiento más altas a largo plazo y otorgan a los accionistas la propiedad parcial de una empresa. Eso significa que cualquiera que posea acciones ordinarias de una empresa puede votar con relación a las políticas corporativas y elegir a los miembros de la junta directiva. Sin embargo, los accionistas ordinarios asumen un poco más de riesgo: si se liquida una empresa, solo pueden reclamar activos después de que los tenedores de bonos, los accionistas preferentes y otros tenedores de deuda hayan recibido el pago total que les corresponde. 

  • Los accionistas preferentes poseen acciones preferentes. Por lo general, las acciones preferentes generan ganancias más bajas a largo plazo, pero brindan a los accionistas un pago anual de dividendos garantizado. Normalmente, los accionistas preferentes no pueden votar con respecto a políticas ni elegir miembros de la junta, por lo que no tienen voz con relación al futuro de la empresa. Sin embargo, asumen un riesgo un poco menor: si se liquida una empresa, los accionistas preferentes pueden reclamar activos antes que los accionistas ordinarios. 

¿Qué es una parte interesada?

La parte interesada, comúnmente conocida como stakeholder en inglés, es aquella persona que puede afectar o verse afectada por un proyecto en el que estás trabajando. Por lo general, hablamos de las partes interesadas en el contexto de la gestión de proyectos, porque necesitas comprender quién está involucrado en tu proyecto para colaborar de manera efectiva y realizar el trabajo. Pero las partes interesadas pueden ser más que simples miembros del equipo que trabajan juntos en un proyecto. Por ejemplo, los accionistas pueden ser partes interesadas de tu proyecto si el resultado afectará los precios de las acciones. 

Existen muchos tipos de partes interesadas, desde los colaboradores independientes hasta los ejecutivos de la empresa. Y no necesariamente deben pertenecer a tu organización; por ejemplo, una agencia externa con la que trabajas podría ser una parte interesada en un próximo evento. Del mismo modo, tus clientes pueden ser partes interesadas cuando sus preferencias influyen directamente sobre tu producto.

Tipos de partes interesadas

Hay dos tipos principales de partes interesadas: 

  • Las partes interesadas internas son las personas que tienen una relación directa con tu empresa, como tus compañeros de equipo o de otros departamentos. A menudo son empleados de tu empresa, pero no siempre. Por ejemplo, los accionistas son partes interesadas internas porque están vinculados a tu empresa a través de las acciones que poseen. Como tales, se ven directamente afectados por los proyectos que influyen sobre los precios de las acciones. 

  • Las partes interesadas externas son personas que no tienen una relación directa con tu empresa, como los clientes, los usuarios finales y los proveedores. Aunque las partes interesadas externas están fuera de tu organización, tu proyecto de todas formas los afecta de alguna manera. Por ejemplo, acelerar un proyecto de fabricación requeriría recursos adicionales de los proveedores. 

Lee sobre: Cómo llegar a la raíz de tus problemas

Principales diferencias entre accionistas y partes interesadas

Los términos accionista y parte interesada a menudo se usan de forma indistinta, pero la realidad es que son muy diferentes. Aparte de los contrastantes que hemos descrito anteriormente, los accionistas y las partes interesadas presentan estas diferencias clave: 

Prioridades diferentes

Los accionistas y las partes interesadas tienen prioridades muy diferentes. Los accionistas tienen un interés financiero en tu empresa porque quieren obtener el mayor rendimiento posible de su inversión, generalmente en forma de dividendos o de aumento del valor de las acciones. Es decir que su primera prioridad suele ser aumentar los ingresos generales y los precios de las acciones. Los accionistas de empresas privadas y de empresas unipersonales también pueden ser responsables de las deudas de la empresa, lo que les genera un incentivo financiero adicional.

Por otro lado, las partes interesadas ponen su atención en mucho más que simplemente las finanzas. Las partes interesadas internas quieren que sus proyectos tengan éxito para que a la empresa le vaya bien en general, además buscan que se los trate bien y progresar en sus roles. Las partes interesadas externas también quieren beneficiarse de tu proyecto. Esto puede traducirse de diferentes maneras, como recibir un gran producto, experimentar un servicio al cliente sin igual o ser parte de una asociación respetuosa y mutuamente beneficiosa.

Lee: Gestión de clientes: cómo atraer y retener clientes felices

Cronogramas diferentes 

Los accionistas y las partes interesadas también tienen diferentes tiempos para lograr sus objetivos. Los accionistas son copropietarios de la empresa siempre y cuando posean acciones, por lo que generalmente se enfocan más en objetivos a corto plazo que influyan en los precios de las acciones de una empresa. Eso significa que el éxito a largo plazo de tu organización no siempre es su principal prioridad, ya que pueden vender fácilmente sus acciones y comprar acciones de otra empresa si así lo desean. 

Por otro lado, las partes interesadas están más enfocadas en los objetivos a largo plazo de tu empresa. Por lo general, están menos interesadas en el desempeño económico a corto plazo y las fluctuaciones en los precios de las acciones. En cambio, las partes interesadas quieren que a tu organización le vaya bien en general. Por ejemplo: 

  • Los empleados quieren seguir trabajando en una empresa que los trate bien y les brinde oportunidades de crecimiento. 

  • Los clientes quieren seguir recibiendo un producto que les gusta. 

  • Los proveedores quieren mantener la relación con tu empresa y seguir generando ingresos a largo plazo. 

¿Quién es más importante, el accionista o la parte interesada? 

Este es un debate de larga data entre los analistas de negocios: si las empresas deben enfocarse principalmente en obtener más ganancias para sus accionistas o enfocarse en beneficiar a todas las partes interesadas (incluidos clientes, proveedores, empleados y la comunidad). El debate se divide en dos escuelas de pensamiento principales: 

La teoría del accionista

La teoría del accionista fue introducida por primera vez en la década de 1960 por el economista Milton Friedman. Según Friedman, una empresa debe centrarse principalmente en generar riqueza para sus accionistas. Argumenta que las decisiones sobre responsabilidad social (como la manera en que hay que tratar a los empleados y clientes) descansan sobre los hombros de los accionistas y no de los ejecutivos de la empresa. Dado que los ejecutivos de la empresa son esencialmente empleados de los accionistas, no tienen ninguna responsabilidad social a menos que los accionistas así lo decidan. 

La teoría de la parte interesada

La teoría de la partes interesada fue presentada por primera vez en 1984 por un profesor de negocios llamado Dr. R. Edward Freeman. Según Freeman, las empresas deben centrarse en crear riqueza para todas sus partes interesadas, no solo para los accionistas. Argumenta que existen relaciones interconectadas entre una empresa y sus clientes, proveedores, empleados, inversionistas y la comunidad local. Por ejemplo:

  • Quieres que tus clientes estén satisfechos con tu producto y tu empresa para que sigan comprándote. 

  • Quieres que los empleados estén felices y motivados en el trabajo para que puedan aportar toda su energía y creatividad. 

  • Quieres ayudar a tus financiadores, socios y accionistas a obtener ganancias para poder mantener a tus inversores y obtener más oportunidades de crecimiento. 

Por qué te conviene priorizar la teoría de la parte interesada

Los accionistas son importantes para tu empresa, pero como líder de proyecto o gerente de programa, realmente debes priorizar la teoría de la parte interesada. Esto se debe a que los accionistas suelen estar más preocupados por los objetivos a corto plazo que afectan los precios de las acciones, que por la salud de tu empresa a largo plazo. Si priorizas las victorias a corto plazo y las ganancias de ingresos sobre todo lo demás, podrías estar sacrificando la cultura de tu empresa, las relaciones comerciales y la satisfacción del cliente en el proceso. 

Por otro lado, la teoría de la parte interesada te ayuda a actuar de manera responsable con tus empleados, clientes y socios comerciales. Al priorizar a las partes interesadas inmediatas del proyecto (tanto internas como externas), crearás mejores entornos de trabajo que promuevan tanto el bienestar de los empleados como la satisfacción del cliente. Y cuando tu equipo se siente escuchado, está más motivado para hacer el mejor trabajo posible y ayudar a que los proyectos tengan éxito. Las investigaciones muestran que solo el 15 % de los trabajadores se siente completamente escuchado por su organización, pero la teoría de las partes interesadas puede ayudarte a aumentar esa cifra y desarrollar relaciones sostenibles y saludables con todos tus empleados y socios. Eso significa que en lugar de apuntar a obtener ganancias rápidas, estás invirtiendo en tu futuro. 

Lee: 5 necesidades de los empleados que debes abordar para aumentar su satisfacción

La gestión de las partes interesadas, simplificada

La mayoría de las personas trabajan con las partes interesadas en el día a día, pero rara vez se cruzan con los accionistas de la empresa. Las partes interesadas te ayudan a realizar el trabajo y lograr los objetivos de tu proyecto, por lo que es importante tener una forma de gestionar las relaciones, coordinar el trabajo y mantener a las partes interesadas informadas. 

Usar una herramienta de gestión de proyectos puede ayudarte a simplificar el proceso de gestión de las partes interesadas. Por ejemplo, Asana te permite crear y asignar tareas con fechas de vencimiento claras, comentar directamente en las tareas, organizar el trabajo en proyectos que se pueden compartir y enviar actualizaciones de estado automáticas. De esa manera, puedes brindarles a las partes interesadas la información que necesitan, cuando la necesitan. 

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