Los objetivos profesionales te ayudan a avanzar en tu carrera. Además de darle a tu trabajo una dirección y un propósito, establecer metas te permite decidir adónde quieres ir y qué debes hacer para llegar allí. En este artículo, exploraremos cómo crear objetivos profesionales relevantes para ti y analizaremos algunos ejemplos de la vida real de empleados de Asana. Actualización 10/03/23: hemos añadido más detalles para que tanto si eres un profesional de Recursos Humanos como si quieres elaborarlos por tu cuenta, puedas crear objetivos profesionales eficientes.
Cuando planificas un viaje, ¿en qué piensas primero? Aparte de los bocadillos, el combustible y la música, por lo general, lo primero que decides es el destino. A fin de cuentas, debes saber a dónde te diriges antes de arrancar el coche.
El mismo principio se aplica a tu carrera profesional. Es más fácil progresar en el trabajo cuando sabes qué metas quieres alcanzar, porque los objetivos claros determinan una dirección y un camino a seguir. Por eso, los objetivos profesionales son tan importantes: implican una oportunidad para decidir intencionalmente qué quieres y cómo llegarás allí.
Son objetivos concretos que deseas alcanzar en tu carrera. Por lo general, son una combinación de objetivos a corto plazo, como tomar un curso este mes, y objetivos profesionales a largo plazo, por ejemplo, convertirte en gerente en los próximos dos años.
Las metas a largo plazo son tu norte, mientras que los objetivos profesionales a corto plazo te permiten dividir el trabajo en pasos más inmediatos y prácticos.
Crea una plantilla para objetivos a corto plazoMuchas veces, puede parecer más fácil hacer siempre lo mismo o simplemente aprovechar cualquier oportunidad que se presente, pero a menudo te sentirás insatisfecho y sin rumbo en tu puesto de trabajo.
Definir metas claras te motiva a pensar qué quieres, así puedes alcanzar el puesto o desarrollar la carrera y perfil profesional que realmente deseas. Por eso decimos que las los objetivos profesionales dan dirección y propósito a tu trabajo, porque cuando las estableces, sabes que estás trabajando para alcanzar algo que realmente deseas lograr.
Los objetivos profesionales también colaboran a la motivación intrínseca. Cuando psicólogos probaron el impacto de diferentes técnicas de motivación en el desempeño del grupo, descubrieron que establecer metas era una de las más efectivas. El simple hecho de definir un conjunto de metas específicas y ambiciosas mejoró el rendimiento de los participantes en el percentil 80.
Para definir las mejores metas, primero debes reflexionar sobre lo que deseas. Sigue leyendo y descubre cómo limitar tus aspiraciones profesionales y cómo decidir qué objetivos perseguir.
Basar tus metas de desarrollo profesional en tus valores profesionales y personales y teniendo en cuenta tus características personales fundamentales te ayudará a sentirte más realizado en el día a día, porque te esforzarás por algo que realmente te importa. Cuando tus objetivos y valores están alineados, es menos probable que sientas agotamiento y más probable que mantengas la motivación.
Un buen punto de partida para identificar tus valores es preguntarte qué es lo más importante para ti y qué tipo de trabajo te hizo más feliz en el pasado. Debes ser honesto e intentar separar tus valores personales de lo que “deberías” desear o de lo que crees que se vería mejor en una evaluación de desempeño.
Si no sabes cómo continuar, prueba estos ejercicios:
Imagina tu yo ideal del futuro y elabora oraciones en tiempo presente sobre quién eres en ese momento futuro. Por ejemplo: “Soy honesto”, “Ayudo a otros a crecer” o “Genero nuevas ideas”. Intenta elaborar unas tres afirmaciones y resumirlas en sus respectivos valores, por ejemplo, honestidad, liderazgo y creatividad.
Escribe los logros de los que estás más orgulloso y combínalos con los valores que representan. Por ejemplo, si uno de los mejores momentos de tu carrera fue cuando renovaste y simplificaste el proceso de incorporación de tu equipo, entonces la eficiencia y la organización podrían ser dos de tus valores.
Ahora que sabes cuáles son tus valores fundamentales, puedes empezar a pensar más específicamente en cómo podrían manifestarse en tu carrera. Para comenzar, intenta responder estas preguntas:
¿Qué tareas quieres hacer más?
¿Qué tareas quieres hacer menos?
¿Qué tipo de trabajo te satisface más?
¿Cómo sería un día de trabajo ideal?
¿En qué te destacas?
Dedica tiempo a pensar en esto. No es necesario que lo resuelvas todo a la vez. Es normal que tú y tus metas cambien con el tiempo, así que recuerda que la iteración es parte del proceso.
Después de esta reflexión interna, debería ser más sencillo establecer metas profesionales, porque tienes una idea de lo que valoras y deseas, y de cómo esos valores pueden aplicarse a tu carrera profesional. Ahora, convierte ese conocimiento en metas a corto y a largo plazo.
Primero, establece tus metas a largo plazo y, luego, divídelas en metas a corto plazo más alcanzables. Piensa en las metas a largo plazo como la dirección en la que te diriges y, en las metas a corto plazo, como los pasos para llegar allí. Por ejemplo, si valoras la honestidad y las relaciones interpersonales, tu objetivo a largo plazo podría ser convertirte en un gerente en el que las personas puedan confiar. A corto plazo, eso podría implicar tomar un curso sobre gestión de recursos humanos o explorar oportunidades de liderazgo en la empresa, dirigiendo, por ejemplo, un equipo de trabajo.
Ya sea que tus objetivos sean inmediatos o a largo plazo, asegúrate de que sean SMART. Esto no significa que sean inteligentes, sino que estén alineados con la metodología de objetivos SMART, es decir, que sean específicos, medibles, alcanzables, realistas y de duración limitada.
Explora este ejemplo de objetivos SMART para el desarrollo profesional tanto a largo como a corto plazo:
Largo plazo:
Convertirme en gerente con al menos una persona a mi cargo en los próximos 15 meses.
Corto plazo:
Esta semana, tomar un café con un gerente que admire y pedirle consejos.
Este mes, hablar con mi gerente sobre posibles oportunidades de liderazgo dentro de mi puesto actual.
En los próximos dos meses, tomar un curso de gestión de recursos humanos.
Si no sabes cómo seguir, echa un vistazo a estos tipos diferentes de objetivos profesionales que puedes aprovechar y algunos ejemplos específicos para cada uno.
Largo plazo: Completar hasta cuatro horas de trabajo profundo sostenido por día durante los próximos seis meses.
Corto plazo: Este mes, dedicar 90 minutos cada mañana a este tipo de trabajo profundo.
Largo plazo: Gestionar un nuevo proyecto o proceso este año.
Corto plazo: En las próximas cinco semanas, tomar un curso sobre gestión de proyectos.
Largo plazo: Este año, crear un programa de pasantías para tu departamento.
Corto plazo: Esta semana, comunicarte con 10 instituciones educativas para explorar posibles asociaciones.
Largo plazo: Aprender JavaScript en los próximos seis meses.
Corto plazo: Este mes, leer un libro sobre JavaScript básico y completar todas las prácticas.
Largo plazo: Este año, definir límites claros entre la vida laboral y familiar.
Corto plazo: Esta semana, dejar de trabajar por completo todos los días a las 17:30.
Largo plazo: Identificar dos oportunidades de colaboración entre diferentes departamentos para cada miembro del equipo durante los próximos 12 meses.
Corto plazo: Esta semana, crear una reunión recurrente con el equipo para que todos puedan compartir en qué están trabajando.
Largo plazo: Tener 50 nuevas conexiones en LinkedIn este año.
Corto plazo: Asistir a una conferencia el próximo mes para conocer a otros profesionales de la industria y mejorar tus habilidades de comunicación.
Lee: La diferencia entre las habilidades duras y las blandas: ejemplos de 14 miembros del equipo de AsanaEn Asana, creemos que los objetivos nos permiten dar lo mejor de nosotros mismos y nos ayudan a ser más productivos. Con este fin, así es como tres empleados de Asana aprovechan sus metas para mejorar su desarrollo profesional y construir la trayectoria profesional que desean.
“Una meta profesional que me propuse fue pasar de una función de gestión de riesgos en una empresa de tecnología al campo legal. Pensé que tendría que dejar atrás la tecnología y unirme a una firma de abogados, pero después de buscar el asesoramiento de asistentes legales y abogados de mi red, me di cuenta de que podía hacer la transición sin dejar la empresa.
Comencé a trabajar como voluntaria para proyectos en los que podía colaborar con nuestro equipo legal interno y aprender más sobre su trabajo. Seguí de cerca los puestos vacantes dentro del departamento legal y, finalmente, se publicaron dos oportunidades que parecían adaptarse a mis habilidades. Apliqué para ambos puestos, documenté mis habilidades transferibles en la solicitud y enfaticé esas competencias durante mis entrevistas. Me ofrecieron ambos roles, elegí uno y trabajo en eso desde entonces”. – Charlotte Manning, Operaciones Legales en Asana
“Uno de los objetivos profesionales más relevantes que logré fue la creación y evolución delÍndice de la anatomía del trabajo de Asana. Lo que comenzó como un objetivo más pequeño para crear un documento de liderazgo intelectual de actualidad se convirtió rápidamente en nuestro emblemático informe de la industria y en una de nuestras campañas anuales más destacadas. Además, me permitió trabajar con diferentes departamentos de toda la organización y perfeccionar mis habilidades en relación con campañas para todas las etapas del embudo y con la narración de historias para audiencias internas y externas”. – Erin Cheng, directora de Relaciones Públicas y con Analistas de Asana
“Cuando trabajaba en un museo de ciencias, una vez estuve en una reunión en la que todos los líderes en la sala tenían una maestría o un doctorado. Así que ese mismo mes, me propuse investigar y postularme a los programas de maestría. Hasta entonces, el síndrome del impostor me había impedido continuar mi educación más allá de la licenciatura, pero con más de 20 años de experiencia laboral, finalmente me sentí lista para asumir este nuevo desafío. En mayo, me gradué de la USF con una Maestría en Desarrollo Organizacional e incluso tuve el privilegio de dar el discurso de graduación durante la ceremonia.
No fue tanto lograr mi meta, sino el proceso de trabajar para cumplirla lo que fue increíblemente transformador. Al intentar algo desafiante, obtuve una visión profunda de quién soy y qué puedo hacer. Mientras estaba en el programa, soñaba despierta con una carrera en la que me enfocaba únicamente en el trabajo relacionado con la diversidad, la inclusión y la pertenencia. Lo mejor de todo es que incluso antes de terminar mis estudios, ya estaba haciendo precisamente eso en Asana”. – Liliana Blanco, gerenta de Programas de Inclusión y Pertenencia de Asana.
Establecer objetivos profesionales es un paso clave, pero es igualmente importante trabajar para cumplirlas.
Una vez que hayas establecido tus objetivos profesionales, sigue estos tres consejos para cumplirlos:
Establece metas a corto plazo para definir pasos concretos, especialmente si tus objetivos a largo plazo son más amplios. Por ejemplo, un objetivo a largo plazo como “Establecer límites claros entre la vida laboral y familiar este año” no es muy específico ni cuantificable. En este caso, es una buena idea determinar objetivos a corto plazo más fáciles de cuantificar para respaldar qué significan los límites claros para ti. Por ejemplo, “Esta semana, dejaré de trabajar a las 17:30 todos los días”. Cuando defines estos hitos más pequeños, el trabajo se siente menos abrumador y es menos probable que procrastines.
Dedica tiempo regularmente a controlar tu progreso. No te limites a establecer metas y olvidarlas. Decide de antemano la frecuencia con la que controlarás tu progreso para cada hito. Por ejemplo, si decidiste escribir 10 publicaciones de blog este mes, puedes programar tiempo al final de cada semana para realizar un seguimiento de tu progreso. Establecer una cadencia de seguimiento regular con anticipación te ayudará a ser responsable y evitar la procrastinación.
Usa un software de seguimiento de objetivos. Las metas son más relevantes cuando están vinculadas a tu trabajo diario. Es por eso que enAsana puedes relacionar las tareas y los proyectos con los objetivos que respaldan, así sabrás de inmediato por qué tu trabajo diario es importante. Cuando defines un objetivo profesional en Asana, puedes establecer una fecha de entrega y configurar recordatorios automáticos para actualizar el progreso hacia el cumplimiento de tu objetivo. Por ejemplo, crea un recordatorio para el final de cada semana para actualizar tu progreso hacia un objetivo mensual. Además, dentro de cada objetivo, puedes incluir subobjetivos que te ayudarán a dividir el trabajo en partes más fáciles de gestionar.
Las metas de desarrollo profesional son una de las mejores formas de lograr la carrera que deseas y construir el futuro profesional que te gustaría. Establecer metas te ayuda a decidir activamente qué perseguir y cómo llegarás allí, de modo que cada día sabrás que estás progresando hacia algo que es importante para ti. Aunque el cambio puede parecer abrumador, los objetivos profesionales te brindan la tranquilidad de saber que tienes un propósito y un camino claros para lograr tus aspiraciones profesionales y trabajar en la orientación laboral adecuada.
Define y alcanza los objetivos con Asana