La macrogestión es un estilo de gestión en el que les das las riendas a tus empleados. Este estilo de gestión puede aumentar la confianza, el compromiso y la responsabilidad de tu equipo. En este artículo, te contamos en qué se diferencia la macrogestión de la microgestión. Además, compartimos seis consejos para convertirte en un excelente macrogerente.
Todos hemos oído hablar de la microgestión, ¿pero alguna vez escuchaste algo acerca de la macrogestión?
Ser macrogerente se trata de darles el control a tus empleados. Esta estrategia de gestión puede aumentar la autonomía, la responsabilidad y el compromiso de tu equipo. Pero si bien tiene muchas ventajas, aprender a ser macrogerente lleva tiempo y esfuerzo. ¿Todo listo para comenzar? Aquí vamos.
La macrogestión es un estilo de liderazgo sin intervención que les da a los empleados control y autonomía sobre su trabajo. El objetivo final del macrogerente es ayudar a sus subordinados directos a aprender por sí mismos, en lugar de brindarles demasiada orientación o pautas. Para hacerlo, los macrogerentes se enfocan en los resultados y los objetivos, y les permiten a los empleados decidir la mejor manera de alcanzar esos objetivos.
Los macrogerentes se encargan del panorama general. Les dan a los miembros del equipo el control sobre las decisiones y los empoderan para que usen su creatividad a fin de lograr los mejores resultados. Eso no significa que los macrogerentes no están presentes; estos líderes siempre están dispuestos a ayudar si es necesario, pero generalmente esperan que los miembros del equipo pidan su ayuda y orientación antes de ofrecerla.
Las habilidades clave que debes aprender como macrogerente incluyen:
Dar el control a los empleados
Generar confianza
Así como macro y micro son opuestos, también lo son macrogestión y microgestión. Los macrogerentes son líderes orientados a los resultados finales que se enfocan en objetivos a largo plazo. Les dan a sus equipos la oportunidad de asumir el mando y se aseguran de que los miembros del equipo estén empoderados para poder lograr resultados excepcionales.
Los microgerentes son lo opuesto: estos líderes priorizan los detalles a corto plazo. Están orientados a resultados concretos o tangibles, suelen ser muy rigurosos acerca de cómo y cuándo se debe realizar el trabajo. Si bien tiene muchos beneficios, sin un enfoque cuidadoso, la microgestión puede llevar a:
Falta de autonomía
Supervisión excesiva
Baja moral del equipo
Aprender a implementar una correcta macrogestión puede ser abrumador. Darle a alguien más el control del trabajo por el que eres responsable suele ser incómodo al principio. Se necesita mucha confianza, especialmente porque los miembros de tu equipo a menudo abordarán una situación de manera diferente a la que tú hubieras querido hacerlo.
Adoptar la macrogestión significa compartir la responsabilidad con tu equipo y asumir un rol más enfocado en el asesoramiento y el seguimiento. Es emocionante tanto para ti como para los miembros del equipo, pero también implica algunas desventajas.
Errores comunes relacionados con la macrogestión
Los nuevos gerentes pueden sentirse incómodos o no estar acostumbrados a este estilo de gestión.
Puede derivar en muchos enfoques diferentes para la toma de decisiones.
Es más probable que los miembros del equipo cometan errores.
Requiere que el gerente piense más a largo plazo.
No es recomendable para los resultados a corto plazo.
Los gerentes tienen menos participación directa en el trabajo de los empleados.
Algunos miembros del equipo demasiado acostumbrados a los microgerentes pueden tener dificultades para trabajar con un macrogerente.
Los beneficios de la macrogestión
Les da autonomía a los empleados.
Los miembros del equipo pueden desarrollar sus habilidades.
Aumenta el compromiso de los empleados.
Potencia la motivación intrínseca.
Puede conducir a una mayor creatividad y originalidad.
Es mejor para la estrategia a largo plazo.
Existe una variedad de estilos de gestión, y cada uno tiene sus beneficios y desventajas. Los mejores líderes adaptan sus estilo de gestión a cada miembro del equipo y situación.
Esto requiere tiempo y práctica. Para comenzar a combinar tu estilo de gestión, lee sobre los 11 estilos de liderazgo más comunes. Probablemente ya estés usando algunas de estas prácticas, mientras que otras pueden ser excelentes para incluirlas en tus hábitos de trabajo diario.
Lee: Todo lo que necesitas saber sobre el estilo de liderazgo democráticoLa pandemia por COVID-19 aceleró el cambio al modelo de trabajo híbrido, y cada vez más equipos recurren a la colaboración virtual. Al igual que un equipo que trabaja de manera presencial, los equipos virtuales pueden beneficiarse de una variedad de estilos de gestión. Pero la macrogestión trae su propio conjunto de ventajas para los equipos remotos.
Los miembros de los equipos, tanto virtuales como híbridos, tienden a valorar la flexibilidad, que es uno de los principales beneficios de la macrogestión. De hecho, según el Índice de la anatomía del trabajo, el 35 % de los trabajadores del conocimiento afirman que tener un horario laboral flexible es fundamental para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y la personal.
Con la macrogestión remota puedes demostrar cuánto confías en los miembros de tu equipo, además de enseñarles lo mucho que aportan al equipo, incluso si no se reúnen en persona muy a menudo. Los equipos remotos pueden trabajar en zonas horarias diferentes o tener horarios flexibles, así que darles las riendas también les permite programar su trabajo de la manera que más les convenga.
La macrogestión es una excelente forma de empoderar a tus empleados y darles más autonomía. Muchos gerentes de equipos descubren que la macrogestión aumenta la creatividad y el compromiso del equipo. Pero antes de probar este estilo de gestión, lee estos seis consejos para implementar de manera efectiva el enfoque de macrogestión.
Un elemento clave de la macrogestión es darles a tus empleados una clara idea de tu objetivo final. Si van a tener el mando, necesitan saber adónde se dirigen.
Es lo que en Asana llamamos la pirámide de la claridad, y es una manera de que todos los miembros de tu equipo estén alineados con el objetivo principal del trabajo que están haciendo. Para que tu equipo sea eficaz mientras implementas una estrategia de macrogestión con ellos, necesitan tener un panorama claro de quién está haciendo qué y para cuándo. Al comprender a qué iniciativas están contribuyendo con su trabajo y qué objetivos persiguen esas iniciativas, pueden priorizar y llevar a cabo su trabajo de manera más eficaz.
En particular, asegúrate de que sepan:
De qué manera contribuye su trabajo a los objetivos generales del equipo y la empresa
Qué trabajo es más importante
En qué fechas de entrega no pueden fallar
Cualquier trabajo o fechas de entrega flexibles
Como macrogerente, eres el animador, recurso de apoyo y “coach” de tu equipo. La macrogestión les da a tus empleados el control de su trabajo, pero aún debes estar disponible para resolver problemas y brindarles apoyo cuando sea necesario. No olvides liderar con el ejemplo y establecer los estándares para el trabajo en tu equipo.
Una de las mejores formas de estar para tu equipo cuando te necesiten es establecer un sistema para gestionar y coordinar el trabajo. Cuando todos saben quién está haciendo qué y para cuándo, los miembros del equipo tienen visibilidad y claridad acerca de qué trabajo hay que hacer y quién es el responsable. Esto es sumamente importante para la mayoría de los miembros de los equipos; según el Índice de la anatomía del trabajo, casi el 70 % de los miembros de los equipos se sentirían mejor preparados para lograr sus objetivos personales si pudieran apoyarse en procesos claros de gestión del trabajo.
Aquí es donde la gestión del trabajo entra en juego. Las herramientas de gestión del trabajo permiten organizar las tareas, los proyectos y los procesos de tu equipo para que puedan mantenerse sincronizados y cumplir con las fechas de entrega. Otorgar a los miembros de tu equipo la visibilidad que necesitan para tener éxito también te permite dar un paso atrás y confiarles los procesos.
Prueba Asana para la gestión del trabajoPor lo general, los gerentes se encargan de guiar a su equipo y tomar la iniciativa. Como macrogerente, tu objetivo es hacer lo contrario: dejar que tus empleados se ocupen y ayudarlos en caso de que lo necesiten. Pero para que tu equipo pueda lograr la mayor efectividad, deben entender exactamente quién es responsable de qué.
Definir los roles y las responsabilidades lleva tiempo, pero brinda grandes beneficios. Según nuestra investigación, los empleados podrían ahorrar 6 horas y 5 minutos por semana (290 horas por año) gracias a procesos mejorados, como por ejemplo, con roles y responsabilidades claramente definidos.
Si aún no lo has hecho, define los roles y las responsabilidades a nivel del equipo, del proyecto y entre los diferentes departamentos. Solo debe haber una persona responsable asignada a cada tarea para que los miembros del equipo sepan a quién acudir si tienen alguna pregunta o inquietud. Registra estos roles y responsabilidades en un documento compartido, como por ejemplo, en un gráfico RACI, para que los miembros del equipo puedan consultarlo en cualquier momento.
Lee sobre: Cómo llegar a la raíz de tus problemasComo macrogerente, debes estar preparado para dejar que los miembros de tu equipo tomen el control de su tiempo. En particular, anímalos a crear bloques de tiempo de concentración y a silenciar las notificaciones cuando sea necesario.
Esto es algo que no se hace actualmente. Según el Índice de la anatomía del trabajo, ocho de cada diez encuestados (el 80 %) informan que trabajan con la bandeja de entrada u otras aplicaciones de comunicación abiertas. Debido a esta lucha contra las distracciones constantes, casi tres de cada cuatro empleados (el 72 %) sienten la presión de realizar varias tareas a la vez durante el día.
Al animar a los empleados a desactivar las notificaciones cuando están en estado de fluidez, no solo les estás dando más tiempo para concentrarse, sino que también estás demostrando que confías en ellos. No necesitas estar en contacto durante todo el día laboral para saber que los miembros de tu equipo están haciendo un buen trabajo.
Para lograrlo, la claridad es clave. Asegúrate de que tus herramientas de comunicación cuenten con una manera no solo de desactivar las notificaciones sino también de informar a tu equipo que las notificaciones están desactivadas. De ese modo, sabes que no debes esperar una respuesta inmediata, e incluso tienes una idea general de cuándo volverá a estar en línea y disponible el miembro del equipo.
Lee: 5 mitos sobre hacer varias tareas a la vez y 6 consejos para aumentar la productividadLa mayor desventaja de la macrogestión es que tus empleados pueden sentir que no tienen apoyo. Parte de ser un macrogerente eficaz es saber cuándo retirarse, pero asegúrate de que tu equipo sepa que siempre pueden acudir a ti si necesitan ayuda.
Antes de transferir o asignar cualquier trabajo, asegúrate de que tu equipo comprenda cómo su trabajo contribuye a metas estratégicas más amplias. Cuando los miembros del equipo conocen los objetivos que respaldan su trabajo, pueden priorizar y ejecutar el trabajo de manera más efectiva.
Luego, una vez que asignes el trabajo, obtén un panorama general de los proyectos de tu equipo con la gestión de portafolios de proyectos (GPP). La GPP es la gestión centralizada de varios proyectos. Te brinda un panorama general del trabajo de tu equipo sin complicarte con los detalles. En particular, presta atención a:
Qué tan desarrollados están sus planes de proyectos (¿Sus proyectos tienen una dirección?)
Qué tan claros están sus objetivos y métricas de éxito (¿Su trabajo es cuantificable?)
Cómo mantienen informados a los participantes (¿Las personas adecuadas están informadas sobre el trabajo?)
Cuál es el desempeño de cada proyecto (¿El estado del proyecto se encuentra en curso, en riesgo o con retraso?)
Como gerente, es tu responsabilidad definir la norma de comportamiento de los miembros de tu equipo. Una parte fundamental es dejar en claro que deben tomarse tiempo libre y evitar la sobrecarga de trabajo. El exceso de trabajo repetido y el estrés llevan al agotamiento, que actualmente se encuentra en un nivel récord. En 2019, la Organización Mundial de la Salud clasificó al agotamiento como un fenómeno ocupacional causado por el estrés laboral crónico. Y en 2020, 7 de cada 10 encuestados (el 71 %) padecieron agotamiento al menos una vez en el último año.
Además de animar a los miembros de tu equipo a que se tomen tiempo cuando lo necesiten, asegúrate de que solo estén trabajando en sus tareas más importantes. Una excelente manera de hacerlo es con una matriz de Eisenhower. La matriz de Eisenhower organiza el trabajo según su urgencia e importancia, y divide las tareas en cuatro categorías:
Urgente e importante
Urgente pero no importante
No urgente pero importante
Ni urgente ni importante
Para evitar el agotamiento, deja en claro que confías en los miembros de tu equipo para que logren trabajos de excelencia. Dales a tus empleados las riendas para priorizar el trabajo que debe hacerse, delegar las tareas que alguien más puede hacer y postergar el trabajo de menor prioridad.
Lee: La guía para gerentes sobre cómo prevenir el agotamiento en el equipoAsegúrate de que los miembros de tu equipo comprendan no solo en lo que tienen que trabajar sino también por qué ese trabajo es importante. Después de todo, cuando pones el trabajo en manos de los miembros de tu equipo, debes asegurarte de que tengan todo lo que necesitan para tener éxito.
Un software de gestión del trabajo como Asana aumenta la visibilidad, aporta claridad y les da a los miembros de tu equipo las herramientas que necesitan para tener éxito. ¿Todo listo para comenzar con la macrogestión? Prueba Asana hoy mismo.
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